jueves, 1 de enero de 2009

Reflexión de hoy


Gracias a Dios porque permitió que recibiéramos este 2009 en un ambiente festivo, aunque es un año que llegó repleto de augurios preocupantes, porque su llegada coincide con el hecho de que el desastre económico mundial está en pleno apogeo. Los economistas no auguran nada bueno, pronostican crisis. Pero no hay que asustarse, porque en medio de toda crisis provocada por la humanidad siempre Dios ha dicho presente a todo aquel que con fe lo ha llamado. Marchar confiados en que Dios nos indicará el camino a seguir es todo lo que debemos hacer, mientras a Jesús dedicamos todas nuestras actuaciones.

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