¡Ah
la naturaleza! Es exuberante, aunque limitada a su permanente juego con tierra
y agua, fuego y aire. Cuatro elementos es todo lo que posee, y ceñida a cumplir
-es su mayor divisa- la pauta de la sabiduría divina no necesita más para
ofrecer excelencia, armonía y suficiencia para contener todo lo que vive. Oh,
Padre, alejarnos de tu sabiduría y del cumplimiento de tu mandato es lo que complica
la vida y nos colma de apetencias que nunca llenan el vacío por la lejanía. En
el nombre de Jesús, gracias por la reflexión.
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
Calor y frío en armonía
El
calor del sol y el frío del hielo se armonizan en lo alto. El primero radiante
despliega su luz y el otro se mantiene firme para reflejarla en el manto albo
del escenario espectacular de la montaña. En el nombre de Jesús gracias, Padre,
porque apreciar lo que la naturaleza nos brinda lleva calidez al alma,
independientemente de la crudeza del invierno.
martes, 26 de febrero de 2013
El peor y los mejores días
Las
cosas tuyas, Padre. Qué buena es la enseñanza que contiene el peor día en esta
vida. Como no es el final, al reflexionar sobre el mismo percatarse de que
todos los demás han sido mejores es un hecho natural e instantáneo. Me alegro y
te doy gracias, en el nombre de Jesús, porque mi cuenta va por 24 mil y pico.
lunes, 25 de febrero de 2013
Existencia perfecta
Padre,
en abundancia dame ahora abnegación, admiración, afecto, afianzamiento, alegría,
amabilidad, amistad, amor, animación, armonía.
Extraordinaria es la petición, lo sé, pues complacerme significa hacer perfecta
mi existencia. Mas Tú todo lo puedes, y el pedido es a nombre de Jesús, gracias.
domingo, 24 de febrero de 2013
Ubicación perfecta
Tu
palabra y tu voluntad son infalibles, Padre. No sé en qué plano de tu creación
estaré cuando se cumpla tu promesa de restauración, pero espero caminar con la
ayuda de Jesús hacia la ubicación perfecta para admirarla y disfrutarla. Gracias.
sábado, 23 de febrero de 2013
Sé que cumplirás
No
logro descifrar cómo, Padre, pero estoy completamente seguro de que con o sin
mi anuencia Tú cumplirás el plan divino que diseñaste para mí, así como vas a
restaurar la armonía perfecta con la cual entregaste el mundo a la humanidad.
Gracias, en el nombre de Jesús.
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