jueves, 8 de enero de 2009

Reflexión de hoy


Es en los momentos de alegría cuando más cerca de Dios nos sentimos. Lógico es que así sea, porque cuando estamos tristes es inevitable sentir alguna sensación de desamparo, de impotencia u otras que sólo tienen cabida en nuestras mentes en los ratos de ausencia de fe. Cuando estamos alegres pensamos que Dios nos está apoyando, aunque estemos haciendo algo indebido, y que somos capaces de hacerlo todo. La realidad es que nuestro Padre -independientemente del estado anímico en que estemos nosotros- está en su mismo lugar y protegiéndonos siempre. Toca a cada quien no perder el enfoque de la fe que es antídoto de la tristeza. Mantén tu fe a cualquier precio, la recompensa es segura.

1 comentario:

Unknown dijo...

Don Rafael: he estado experimentando una lucha interior, como si fueran dos partes de mí mismo. Levanto mi mano derecha mientras la izquierda no cede. Como si yo no puedo, porque no quiero. Unas resistencias internas bien grandes. No entiendo cómo, aun sabiendo que el Señor no se muda y es omnipotente y todoamoroso, no llego a darle un sí quiero...Sin hacerle caso a "mis días contados" por la salud...No es "lógico"...el misterio del bien y el mal...Gracias por sus oraciones y sus reflexiones diarias.