Día y noche

Siempre se va el día detrás del sol/siempre regresa el día delante del sol. Siempre llega la noche de detrás del sol/siempre se va la noche delante del sol. Es el ciclo divino del claro oscuro escogido por Ti, Padre, para marcarnos el tiempo en este plano y diferenciarlo del eterno.

Entregar el problema

El problema no es el problema. El problema, de hecho grave, es no encontrarle la solución -que la tiene- y no lograr la aceptación del mismo con la entereza suficiente para superar con rapidez su existencia poniéndolo en tus manos, Padre. Gracias, en nombre de Jesús, por aclarar mi mente.

La mente

La mente es el ingrediente principal de nuestra esencia, le da el sentido a la existencia. Gracias, Padre, por esta fuerza instintiva para la sobrevivencia que, como Tú, no se ve ni se toca nunca, pero que jamás puede ser ignorada en lo absoluto.

Paciencia y certeza

La paciencia infinita implica la certeza absoluta de que lo que deseo ver aparecerá exactamente a tiempo y en perfecto orden por tu gracia, Padre. Gracias en el nombre de Jesús. 

Compañeras de viaje

La debilidad física no viaja sola, lo hace acompañada de la fortaleza espiritual, pero a esta hay que reconocerla, conquistarla y disfrutarla para que disipe aquella. Tú siempre das motivo para estar agradecido, Padre.

Vida y muerte

Por más que se han repetido y continuarán repitiéndose hasta el final de los tiempos nadie descifrará los aspectos fundamentales de los milagros del nacimiento y de la muerte. El porqué de la llegada y de la partida en hora y lugar determinados sólo Tú, Padre, con certeza lo conoce.

Tormenta y enseñanza

Si durante la tormenta tengo el valor de aquietar la mente terminaré viendo por encima de su devastación, más allá de los daños, alguna bondad en su paso, una enseñanza. Padre, todo lo hiciste con polos opuestos: positivo y negativo, espíritu y materia, energía y materia. 

El amor y el río

El amor desde lo profundo siempre emergerá por la altura de nuestra paz y encontrará el cauce legítimo para desembocar en Jesús, como río que nace en la montaña y sortea los obstáculos para entregar su torrente al mar. Gracias, Padre. 

Hombros del corazón

Los hombros del corazón son fuertes, sí que son verdaderamente fuertes. Soportan el peso de las tribulaciones propias y ajenas. Gracias en el nombre de Jesús, Padre, por darme capacidad para soportar y tener la certeza de que si te la entrego Tú te haces cargo de mi carga.

Siempre en pañales

No puedo ser testarudo e ignorar las advertencias divinas, especialmente esta: “El que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en el” (Lucas 18:17). No debo apegarme a mi vejez con la eternidad como premio por abrir mi mente y corazón aceptando que estoy siempre en pañales ante ti, Padre. Gracias, en el nombre de Jesús, por entregarme la reflexión. 

Es posible lo imposible

Con la ayuda de Jesús todo es posible; pidiendo y haciendo en su nombre Tú, Padre, complaces y posibilita lo que desde el punto de vista humano parece imposible. Tú sabes que necesito abrir mi corazón y mi mente. Dame la oportunidad de lograrlo.

Saber y sentir

Sé que Tú estás, eres omnipresente; sé que me proteges, eres infinitamente bueno; sé que Tú me escuchas y me has dado todo lo conveniente para mí. Todo eso lo sé, y por ello te doy las gracias, pero quiero ir más allá del saber. En nombre de Jesús te ruego, Padre, que provoques una sacudida integral en todo mi ser dándome la gracia de sentir tu presencia.

La paz

Independientemente de la intensidad de la tormenta que sacuda mi vida es imposible que la paz no me cubra de inmediato en el momento en que pienso en la entrega de Jesús y deposito mi confianza en tu presencia en mí, Padre. 

Música interior

No es tan importante que la música que llevo por dentro suene como la de un virtuoso, no es necesario, pues Tú siempre vas a escucharla, Padre. Lo realmente perentorio para mí es interpretarla, disfrutarla, bailarla… ¡Jamás silenciarla, ahogarla sin tocarla! Gracias en el nombre de Jesús.

La Biblia

Todos los fundamentos, directrices, advertencias, secretos, tips, consejos, sugerencias… para conocer y aplicar las certezas divinas están en La Biblia. ¡Qué bueno, Padre, que todos podemos nutrirnos de ella por igual y sin límites! 

Fuerzas opuestas

Levantisca, caótica, brutal y letal suele ser la ebullición del temperamento. Es una fuerza enorme la temperamental, diferente y opuesta a la edificante potencia del corazón. Gracias por la enseñanza, Padre.

Relación ventajosa

Yo te reconozco, te pido y te doy las gracias. Tú me proteges, me complaces y me das tu gracia. Qué relación más fantástica y ventajosa es para mí la que por medio de Jesús tenemos, Padre. Gracias.

Inmensa protección

Padre, ha sido inmensa tu bondad. Siempre me has protegido, es lo que veo cada vez con mayor amplitud cuando examino la secuencia de mi vida y la memoria se encarga de traerme episodios superados gracias a tu ayuda. Te agradezco en el nombre de Jesús.

Jesús siempre está

La clave del equilibrio consiste en saber que nunca estoy solo. Tú siempre estás, Jesús, y eres el soporte sin el cual se quiebra el cristal que sostiene la razón.

La razón sobre un cristal

Sin la fe siempre es posible que se pierda irremediablemente la razón, pues ésta descansa sobre un delgadísimo y frágil cristal factible de quebrarse con cualquier cambio temperamental. Gracias por advertirme, Padre.

El camino

No tengo que ver el fin del camino ni siquiera pensar si está cerca o lejos, sólo debo caminar con la convicción de que está adelante y es esplendoroso, preparado por ti, Padre. Gracias en el nombre de Jesús.

Confianza

Sobre mi ruina material Jesús levanta esplendorosa mi fortaleza espiritual. Tú eres el arquitecto, Padre. Estoy confiado.

Plenitud

Qué bueno, Padre, es recibir de Ti la oportunidad y sentir el deseo de testimoniar que lo mejor que he hecho en toda mi vida es poner mis asuntos en tus manos a través de Jesús, a quien reconozco como mi guía y salvador. Me siento pleno de paz y de dicha. Mantenme así, Jesús. ¡Gracias! 

La fe y el ego

El ego generador de la duda es el depredador de la fe. Hoy vivo y me sostengo por La Palabra y por tu gracia, Padre. Sólo espero que Jesús continúe ayudándome a anular el ego para que fallos de la fe no me compliquen la vida.

Saltar sobre el ego

Te doy gracias, en el nombre de Jesús, por los acontecimientos que no son agradables ni deseados por mí pero que me ayudan a doblegar mi ego. Padre, me regocija poder reconocer esos aconteceres circunstanciales como oportunidades para saltar sobre el ego y avanzar hacia el dominio del espíritu. 

Fe + oración = vida perfecta

Hoy, Padre, reconozco ante Ti que de la fe y la oración es realmente posible vivir. Y no simplemente vivir sino vivir muy bien, perfectamente, siempre que el ego no se interponga a la sumisión fervorosa del espíritu. Ayúdame a anular el ego, Jesús. Gracias. 

Un testimonio

Gracias, Padre, por hacerme más consciente de la protección que siempre he recibido de Ti ahora cuando más necesito tener la certeza de que realmente soy tu protegido. Puedo dar testimonio de que eres la fuente de mi manutención en todos los órdenes. Gracias te repito, en el nombre de Jesús.

De Adán a Jesús

El dueño del paraíso lo perdió, en condenación lo convirtió. Y el que sin nada fue recibido en un pesebre nos trajo la salvación. Qué singular manera de instruirnos la tuya, Padre, con relación a la preponderancia de lo espiritual sobre lo material.

Entusiasmado y agradecido

Lo entienda o no, lo acepte o no, me lo proponga o no, hasta el último día en este plano terrenal cada mañana tengo que empezar de nuevo, y mejor es que lo haga con entusiasmo y dándote gracias, Padre, porque es lo que dicta el sol con su llegada cada día, y lo que con autonomía realizan permanentemente mis células para mantenerme activo.

Soy tu hijo

Todo lo que tengo que hacer hoy es darte gracias porque con independencia total de mis actuaciones, a pesar de mis pecados, Tú, Padre, me amas por lo que soy: tu hijo.