miércoles, 21 de enero de 2009

Reflexión de hoy


Lo que vivió ayer la inmensa mayoría del pueblo de los Estados Unidos y gran parte de la humanidad fue una extensa jornada festiva por la juramentación de Barack Obama como el presidente número 44 de esta gran nación. Dado que las ejecutorias de este hombre tendrán influencia mundial, conviene que oremos por él para que actúe siempre de manera agradable a Dios, porque “cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él”, (Proverbios 16:7). También pidamos para que la justificada alegría por el acontecimiento no se convierta en él ni en el pueblo que le sigue en orgullo y altanería, porque “tras el orgullo viene el fracaso; tras la altanería, la caída”, (Proverbios 16:18)