Reflexión de hoy

No tengo que darle la mayor importancia, la prioridad de mi vida a lo físico que me rodea para que tenga el poder de afectar mi decisión de transitar el camino espiritual. Sólo debo estar consciente cada día de que todo lo que veo y toco no es más que un medio que me ayuda o me distrae -de mí depende- para encontrarme, temprano o tarde, con la gran realidad de lo intangible e invisible, de lo que siempre ha estado y estará. Para encontrarme Contigo, Padre.

Reflexión de hoy

¡Ah, las cosas Tuyas, Padre! Nada de lo que vemos y tocamos permanecerá por siempre. Empezando por nosotros, todo lo que se ve y se toca es perecedero, se transforma, por lo menos. Sin embargo, el aire, que no podemos tocar y mucho menos ver, ha estado y estará invariable en su composición por siempre como nuestro principal alimento para el cuerpo, así como Tu gracia es el alimento para el Espíritu.

Reflexión de hoy

Padre, si en algún momento no tengo palabras para decir algo amable a quienes comparten conmigo, dame el silencio prudente. Si mi sensibilidad no alcanza para hacer empatía con lo mejor que entregan los míos, anula cualquier inclinación a centrarme en críticas y enjuiciamientos inútiles.

Reflexión de hoy

Estoy convencido, Padre, Tú nos provee con lo que necesitamos para vivir. Y siempre que estamos dispuestos a dar la provisión es abundante, tan abundante como sea nuestro deseo de dar. Está a la vista: quienes se dedican a dar amor, jamás carecen de ese sentimiento que es la esencia de Tu ley y de la vida. Aquellos que se dedican a consolar y orientar, siempre tienen las palabras afectivas y efectivas para dar consuelo y orientación. Y las obras de bien no agotan fortunas.

Reflexión de hoy

Mi cuerpo no es propiedad mía; es Tu templo, Padre. Es importante tener conciencia de ello y repetírmelo a cada momento, pues evita que me preocupe por la forma como funciona. Libre de preocupación, entonces puedo ver como Tú te encargas de dar el mantenimiento necesario a Tu residencia.

Reflexión de hoy

Gracias, Padre, por traerme de regreso a casa luego de un mes y dos días fuera. Gracias porque de nuevo dispongo de la facilidad para dirigirme a Ti por esta vía.