martes, 6 de enero de 2009

Reflexión de hoy


Todo momento es bueno para servir al Señor. Nunca es tarde para ello, porque su tiempo es eterno y Él no se fija en el pasado, la condición o la edad de las personas. Un buen ejemplo de esto último lo encontramos en el Génesis 12:1-2: “Y el Señor dijo a Abram: vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”. Tenía Abram 75 años de edad cuando Dios le dio la orden de partir abandonándolo todo y éste obedeció para su dicha y honra. Pongámonos al servicio del Señor y estemos atentos para escuchar su orden.

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