jueves, 29 de enero de 2009

Reflexión de hoy


El amor del Padre es eterno, como Él. Vivimos ofendiéndolo a cada momento y Él perdonándonos. Puede que tú digas que es exagerado decir que ofendemos a Dios a cada momento, pero no lo es. Sólo hay que pensar en los momentos en los cuales nuestra fe flaquea, en los momentos en que nos llenamos de ira, de pereza, de avaricia... La lista se puede alargar, pero termino con los momentos en que ponemos en duda algo de su divina palabra. Aunque vivamos buscando su amor y profesándole el nuestro, cada vez que dudamos ofendemos a nuestro Padre, no hay duda de eso. ¿Acaso no es la mayor ofensa para ti que duden de tu palabra? Demos gracias porque Él vive perdonándonos.

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