jueves, 15 de enero de 2009

Reflexión de hoy


El dinero fácil es óxido para los buenos sentimientos. El dinero obtenido de manera fácil oxida los buenos sentimientos. El dinero mal habido es óxido para los buenos sentimientos. El dinero robado oxida los buenos sentimientos. Como quiera que se diga, es lo mismo: se corrompe y la abrasión por su maldad quema a todo el que hace fortuna por medios non santos. El mundo está lleno de dirigentes que en principio se sustentaron en nobles ideas, pero hoy están en proceso de destrucción por el óxido del dinero corruptor. Y los pueblos sufren; nuevamente oremos por ellos y por nosotros: “Señor, ya es tiempo de que hagas algo, pues han desobedecido tu enseñanza”.

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