Perseverancia y gozo

En el nombre de Jesús te pido, Padre, que refuerces mi perseverancia y me dé la bienaventuranza de sentir el gozo en medio de las pruebas que atravieso para salir bien librado de las mismas y sin nuevas manchas pecaminosas. Gracias.

Te amo, Padre

Te amo, Padre. Eres todo lo que necesito para mi plenitud y estás en mí. Mal hago buscando afuera lo que ya tengo. En tu amor debo centrarme.

Petición especial

Padre, en el nombre de Jesús, hoy te hago una petición muy especial por mi amigo Joffre, quien está confrontando problemas de salud cuya gravedad Tú conoces. Te pido por su recuperación, pues sólo Tú puedes dársela. Sé que Tú obrarás de acuerdo a tu voluntad y que tu voluntad es amor infinito, siempre lo mejor para cada uno de tus hijos.

Bajo tu control

Reconozco que todo el tiempo todo está bajo tu control, Padre. Perdóname porque suelo actuar como si no lo supiera. Tú sabes que todavía no he podido apabullar por completo a mi ego, dame lo necesario para derrotarlo; en el nombre de Jesús te lo pido, gracias.

Por plenitud en la entrega

En nombre de Jesús te pido, Padre, que así como me libraste del temor a la muerte me libre de otros temores y patrones de pensamientos condicionantes y limitantes adquiridos durante la infancia. Necesito alcanzar la plenitud en mi entrega espiritual, compláceme.

Gratas novedades

Tengo mucho que agradecerte, y eso hago en el nombre de Jesús, Padre. Me agradan los conceptos que tengo ahora sobre el amor, la muerte y las diferencias individuales, pues sé que son fundamentos del fluir espiritual.

Todo marcha bien

Soy una caja repetidora de peticiones y agradecimientos porque Tú, Padre, eres mi dador, mi proveedor, mi protector. Gracias en el nombre de Jesús porque como dependiente tuyo que soy, junto a mi familia, todo marcha bien.

Acepta mis repeticiones

A ti, que todo lo sabe y todo lo creaste, que nunca olvida y eres eterno, no hay que repetirte nada, lo sé. Mas acepta mis repeticiones, Padre, por la necesidad que tengo de hacerlas para borrar los condicionamientos que me llevaron a la adopción de un patrón de comportamiento neutralizante del espíritu.

Silencio y sumisión

Padre, quisiera decirte todos los días algo “nuevo”, pero me he dado cuenta de que nada puede ser más pretencioso que eso porque: ¿qué se puede decir que Tú no conozca, si eres quien provee las palabras? Sumirme en un estado de agradecimiento es lo que debo hacer. Gracias en el nombre de Jesús.

Amor y paz

Te doy gracias, Padre, porque hoy veo con toda claridad que de amor y paz tengo a buen resguardo y dada por ti mi provisión inagotable de ambos para que yo la dispendie, la desparrame sin tacañería a mi antojo porque así es como brota el fruto del regocijo.

Amor y libertad

Ser tu siervo que te ama me libera. Nada puede hacerme más libre que el amor, Tú eres el amor, Padre.

Amar y querer, paralelismo

El amor no admite a la avaricia, son rivales irreconciliables. En cambio, el querer y la avaricia son socios inseparables. Amar es dar y querer es ansiar.  El amor es silencio que mana de la fuente espiritual y nunca hiere, el querer es fanfarroneo con fundamento material y es capaz hasta de matar. El amor es divino porque Tú eres amor, Padre.

Amar y querer

El mayor bien es amar y el peor mal es querer. El gran problema de las relaciones humanas es que confundimos el querer con el amar, aunque son contrarios. Padre, gracias en el nombre de Jesús por hacer que yo lo sepa. 

ABC

La estabilidad de la fe produce la paciencia generadora de la perfección y de la certeza de estar completos, de la seguridad de que no nos falta nada para vivir sujetos al ABC de la salvación: Amor, Bondad y Confianza.

Sublime silencio

Padre, pienso que la actitud de mayor reverencia hacia ti, la manera sublime de halagarte y agradarte la asumo con el silencio absoluto procurando escucharte. Háblame ahora, en nombre de Jesús te lo pido.

Devoción

Padre, sé que todo lo que yo pueda decirte para reconocerte y halagarte alguien te lo dijo primero, y que si yo lo sé ya es cosa olvidada para ti. Sé que más que por las palabras te interesa por la devoción, el sentimiento, la entrega al momento de dirigirme a ti, algo que cada quien hace de manera única, y eso marca la diferencia. En esto debo fijar mi atención cada día.

Aliento y amor

Tú estás en mí, Padre. Eres el aliento de mi espíritu. El amor está en mí, Padre, porque Tú eres amor. Es todo lo que realmente necesito para lograr el grado máximo de la sublimidad cuando disfruto de la plenitud del silencio arrullador de mi humanidad, y decido dar amor. Gracias en el nombre de Jesús.

Amor

Ahora entiendo, Padre, y por ello te doy gracias en nombre de Jesús, que todo lo que necesito para mi equilibrio y plenitud de vida lo pusiste dentro de mí. Tú obras de manera perfecta y, como creaste a cada uno de tus hijos para ser único, y con libre albedrío, te aseguraste de poner en el centro del ser al amor, que es la esencia del equilibrio y la plenitud.

Regocijo por la fe

Me regocijo, Padre, cada vez que estoy reflexionando sobre un tema determinado y, como por encanto, me llegan lecturas sobre el mismo que me ayudan a ampliar y a reafirma los conceptos elaborados. Sigo adelante con el propósito de aplicar las enseñanzas de fe Jesús. Gracias en el nombre del propio Jesús.

Fe y entrega

Reconozco a la fe y a la entrega como las claves para que mi libre albedrío me consiga la plenitud terrenal y un mejor lugar en la eternidad. Clamo por tu ayuda, Jesús, para consumar su práctica.

Infalible fe

En esto pienso, Padre: la mayor cuota de tu infalibilidad la depositaste en la fe para que nosotros nos sirvamos de ella a nuestro antojo, con el libre albedrío que con frecuencia lleva al mal uso de la fe.

Fe

Cada día es mayor mi convencimiento de que a nadie con fe Tú lo dejas en el desamparo y, además, de que el ejercicio de la fe no requiere de reflexión. Es más, la reflexión es un obstáculo a ser vencido por la fe. Gracias en el nombre de Jesús, Padre.

Paz

Te alabo, te glorifico y reconozco que todo está bajo control tuyo. En el nombre de Jesús te doy las gracias, Padre, porque de manera fácil: alabándote, glorificándote y reconociendo tu control la paz, tu paz, me envuelve.

Virtudes

Padre, en nombre de Jesús te lo pido, fija en mi mente como mancha indeleble el agradecimiento, la armonización, la alegría y el amor, virtudes que optimizan las relaciones con los congéneres y por consiguiente contigo.

Agradecido

Qué bueno, Padre, que me están sobrando motivos para darte gracias en nombre de Jesús y sentir el regocijo de estar confiado en ti permanentemente.

Certeza

No me interesa tanto saber si tengo alguna enfermedad. Si estoy enfermo y no me doy cuenta es porque nada del otro mundo está ocurriendo. Tengo la certeza de que no puedo estar más enfermo que la sociedad, y no he dejado de vivir en ella y disfrutar el lado bueno que me ofrece. Gracias en el nombre de Jesús, Padre, porque la reflexión es producto de que confío en que lo dispuesto por ti es infalible.

Confesión

Nada de lo que yo pueda decirte Tú lo ignoras, Padre. Mis luchas internas Tú las conoces a la perfección. La importancia de referirte las cosas que conoces radica en que la confesión es un alivio para mí que a la vez me ofrece la oportunidad de escucharte. Gracias en el nombre de Jesús.

Agradecido

Padre, en el día de hoy lo único que me sale para decirte es que estoy agradecido. En el nombre de Jesús, gracias.

Sabio consejo

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. Este es el consejo más sabio que le ha ofrecido a la humanidad uno de sus congéneres, Pablo. Ayúdame a seguirlo, Jesús.

El dolor es prolífico

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El dolor es prolífico, y nunca deja de parir. Es bueno cuando pare prosa y poesía en armonía con la aceptación y la paciencia espiritual, y malo cuando pare insultos y diatribas en concordancia con el ego insatisfecho. Gracias en el nombre de Jesús por hacer que así lo entienda, Padre.