Perdido o no procurado

Padre, hoy te doy gracias porque desde el principio de los tiempos terrenales te asegurarte de proveernos todo, absolutamente todo, espiritual y materialmente hablando. Te doy gracias porque puedo entenderlo y tengo la capacidad para reconocer que si hoy siento que algo me falta es porque lo perdí o no lo he procurado. De nuevo gracias en el nombre de Jesús.

Plenitud eterna

Lo más provechoso que puedo hacer es dedicarme en cuerpo y alma a prepararme para vivir bien en la eternidad, porque es allí donde mi espíritu permanecerá para siempre. Gracias, Jesús, por ofrecer el ejemplo.

Jesús, ayúdame

Jesús, me urge aprovechar al máximo mis bendiciones. Ayúdame a lograrlo. Ayúdame a zafarme del temor que he confundido con la prudencia y que a lo largo de mi vida ha limitado mi creatividad y acciones. Gracias, sé que estoy a tiempo para usar mis bendiciones con plenitud y alcanzar el mayor de los propósitos: recibir el perdón y la aceptación del Padre.

Poder y sabiduría en mí

Tu poder y tu sabiduría están en tu espíritu en mí, para tu agrado y gloria. Jesús, enséñame a actuar desde el espíritu para agradar y glorificar al Padre. Gracias.

Acéptame, Padre.

Visto a través de lo espiritual, todo obra para bien. El no haberme preparado para tener una vejez acomodada ahora me sirve de ejemplo para no cometer el mismo error con relación al próximo paso, el eterno. Tengo totalmente claro que no debo dispendiar los recursos y la oportunidad que tengo ahora de acercarme a ti, Padre, a través de Jesús. Acéptame.

El secreto de la paz

El secreto de la paz está en meditar en “todo lo que es verdadero, digno, justo, puro, amable, honorable y en cualquier virtud que merezca elogio”. Ayúdame, Jesús, a poner en práctica este divino consejo transmitido a los filipenses a través de Pablo.

Soy testimonio de tu misericordia

Padre, tu misericordia es inagotable. Soy testimonio vivo de eso. Sin un empleo regular  y estable, Tú me has sostenido durante ocho años en la mayor sociedad de consumo del planeta, y en una de las ciudades más cara del mundo como lo es New York. Eso sólo ha sido posible por tu providencia infinita, eterna. Gracias en el nombre de Jesús por tu asistencia a tiempo siempre, valiéndote de personas y circunstancias positivas.

Medicina espiritual

Todo lo que necesito es curar mi alma de los males terrenales con la medicina espiritual, porque el alma saludable es plenitud de vida. Gracias mi Señor por hacer que medite con certeza.

Agradecer o agradecer

Si no estoy en ánimo de agradecer por una cruenta situación momentánea puedo recurrir a dar gracias por toda la bondad anterior y por el porvenir. De cualquier manera tengo que vivir el presente agradecido, aunque las circunstancias no satisfagan a mi ego. Gracias, Padre, por hacer que piense de esta saludable manera.

Problemas y necesidades

Padre, Tú conoces mis problemas y necesidades. Te ruego por la solución espiritual de cada uno de ellos. Asumo que todo obra para bien y todo tiene solución espiritual. Jesús, ayúdame a revestir, a imbuir mi mente de estos conceptos para sin titubeos actuar bajo su dictado en todo momento y lugar. Que sean mi escudo en cualquier circunstancia. En ti confío, gracias.

Espíritu y ego: amos irreconciliables

Confundir el ego con el espíritu es lo mismo que confundir el querer con el amar. Espíritu y ego son los amos irreconciliables del hombre. Sólo a uno de ellos se le puede servir, y cada siervo tiene el poder inmenso de escoger al que desea servirle en cualquier momento de su vida. Te agradezco, Padre, por darme el poder extraordinario para decidir qué hacer ahora con el bien y el mal, con el espíritu y el ego.

Onda luminosa

Qué bueno, Padre, desperté con la mente repitiéndome que no existe justificación válida para el resentimiento y que todo lo que tengo que hacer es agradarte, respetarte y disfrutarte. En el nombre de Jesús te doy las gracias por ese flujo de consejos luminosos que me llegaron desde La Palabra a través de Wayne Dyer y Rick Warren.

Presencia del Padre

No es tan importante conocer que Tú estás en todas partes y en mí, Padre,  como aprender a respetar y disfrutar permanentemente tu Presencia en todas partes y en mí. Jesús, ayúdame a lograr esto, porque pienso que sería gozar de la gracia divina ahora.

En silencio te escucho

Sólo en silencio puedo escuchar tu susurro divino, tu llamado a actuar para conseguir el privilegio de estar contigo en tu reino. Me toca decidir si trabajo ahora para estar cómodo en la eternidad o me acomodo ahora para pasar trabajo en la eternidad. Es sudar ahora o sudar después. Jesús, ayúdame a cumplir el propósito de terminar mi tránsito terrenal enfocado en perseguir la misericordia y anuencia del Padre para recibirme.

Aniversario

En el nombre de Jesús te doy las gracias, Padre, por el sexto año de la publicación de este blog, en el cual escribo con el propósito de agradarte y crecer espiritualmente. Pasé más de tres años pidiéndote palabras para alabarte públicamente y me concediste mucho más que eso, porque mis diálogos mañaneros contigo han sido mi sostén, mi refugio, en mi período de precariedad económica y durante turbulencias de otro género que me han azotado a mí, a mi familia y a mis amistades. Gracias, Jesús, por mostrarme el camino.

Enfocado

Señor Jesús, mantenme enfocado en prepararme para salir absuelto en el juicio final. Gracias, Padre.

Amar es dar, querer es traer

Nuestro mayor problema, la ruina de la humanidad, es la suplantación del amor por el querer con la funesta convicción de que ambos son iguales, cuando son totalmente opuestos porque sus fuentes originarias son el espíritu y el ego, el agua y el aceite etéreos que fundamentan nuestro libre albedrío. Gracias en el nombre de Jesús, Padre, por hacer que yo entienda. Ayúdame a no caer jamás en la barbaridad de confundir a uno y otro.

Día especial para agradecerte

Este es un día muy especial para darte gracias, Padre, por múltiples razones: el período de silencio provocó cambios profundos en mi manera de ver la vida; tengo totalmente clara la respuesta del  porqué de lo que solemos calificar como tempestades en nuestra vida; conozco que en esta etapa de mi vida lo más importante y conveniente para el futuro de mi espíritu es pedirte que se cumpla tu propósito y no el mío, que me ubiques donde yo pueda ser útil y no donde me sienta más cómodo; me siento en paz contigo más que nunca antes y hoy retomo la publicación en Diario Divino. Por todo eso y más ¡GRACIAS!, en el nombre de Jesús.