domingo, 25 de enero de 2009

Reflexión de hoy


A diario escuchamos o pronunciamos frases como las siguientes: Seré completamente feliz cuando tenga un carro. Seré completamente feliz cuando tenga mi casa propia. Seré completamente feliz cuando gane más dinero. La mayoría de nosotros se pasa la vida supeditando la felicidad a la consecución de algún logro o la adquisición de algún bien material. Y en la medida que vamos alcanzando logros nos damos cuenta de que no somos completamente felices y fijamos la felicidad en otro punto. Hay personas que en materia de bienes lo han alcanzado todo y no son completamente felices. Es que la felicidad completa está reservada para quienes tienen a Jesús, pues Él es “el camino, la verdad y la vida”.

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