En
un sentido, el presente es como Tú, Padre: siempre está, siempre es. Mas Tú eres
único y podemos aferrarnos a Ti. En cambio, el presente es la fugaz sucesión de
instantáneas que no hay quien le atrape en su carrera hacia el pasado. Al poner
punto final acaba de irse al plano del recuerdo el instante de la reflexión. Gracias, en el nombre de Jesús.
jueves, 31 de enero de 2013
miércoles, 30 de enero de 2013
Ente las nubes
Oh,
Padre, que diferente es la mañana de hoy. Las nubes bajaron a visitarnos y no
me dejan ver más allá de la ventana. Pero es agradable sentir que estoy entre
ellas. Gracias, en el nombre de Jesús, por darme una nueva perspectiva para ver las
cosas.
martes, 29 de enero de 2013
Mantenme alerta
Lo
peor de un corazón podrido, corrompido por la iniquidad, no es que esté podrido.
Lo más terrible es que así es como funciona perfecto para la supervivencia del
ego que está en la perversión hundido. Gracia, Padre, en el nombre de Jesús,
por mantenerme alerta.
lunes, 28 de enero de 2013
Una célula universal
Qué
bueno es tener la certidumbre y reafirmar que soy una célula universal. Me
siento bien al reconocerme como tal, Padre, porque demostrado está que cada
célula contiene un microcosmo que genera vida. Gracias, en el nombre de Jesús, por hacerme un generador biológico consciente de su papel.
domingo, 27 de enero de 2013
Examen de control
Siempre
se presentarán situaciones cuyo objetivo único es examinar mi capacidad de
ejercer control sobre mis impulsos por medio de la fe. Gracias, Padre, por
darme luz para llegar a esa conclusión, que es producto de la posterior evaluación
sosegada de acontecimientos que juzgué como devastadores en el momento de su
ocurrencia, aunque estaban lejos de serlos. Pasar por el tamiz del examen del
control las ocurrencias menores y mayores en torno mío me ayudará a reaccionar
guiado por la fe en cualquier circunstancia. Jesús, ayúdame a no perder de
vista esta reflexión.
sábado, 26 de enero de 2013
Perdón revelador
Cuando
nuestro poder guardar la mayor similitud con el tuyo, Padre, es en el momento
en que perdonamos de corazón. Debemos, pues, estar alertas para de entrada dar
gracias por la oportunidad de perdonar cuando llegue. El origen del perdón está
en el agravio, en la ofensa recibida, así que hay que prepararse para ver al
ofensor con piedad y bendecirlo, porque perdonándolo es como conocemos la
magnitud de tu poder, y genuinamente ejercemos nuestra semejanza contigo. Te
doy gracias, en el nombre de Jesús, por la reflexión.
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