lunes, 1 de diciembre de 2008

Reflexión de hoy


¡Qué cosa! Al mismo tiempo que voy acogiendo entusiasmado los mandatos del Padre advierto que quiere desarrollarse en mí cierta oposición al libre albedrío. Soy consciente de que no debo rechazar ningún otorgamiento divino, así que sé que cuestionar el libre albedrío de alguna manera me pone en falta con Dios. Mas confío en su perdón, porque lucho para callar y seguir adelante sin quejarme por lo pesada que es la carga de la libertad para hacer y deshacer, pero no he podido evitar la recurrente, aunque débil, oposición que aflora por instantes en mi pensamiento. ¡Oh, el pensamiento! El súmmum de la libertad, ahí está el detalle. No hay quien pueda controlarlo, a parte de quien nos dio el libre albedrío.

1 comentario:

Unknown dijo...

Así es, don Rafael, welcome to the club. Cuánto tiempo nos tomará el ver que los "esclavos del Señor" son más libres que el que hace lo que quiere...Afortunadamente, EL, que te ha creado y sostenido... invitándote continuamente conoce, no sólo el barro del que estamos hechos...sino de las jorobas y grietas que hay en estas cisternas secas y que filtran...incapaces de contener...el agua viva que espera encontrar canales, rigolas, que lleguen a los campos...ejerciendo las funciones y misiones específicas que El, por tutoría, construye en su Reino... Paz y Bien, Santa Alegría.