martes, 23 de diciembre de 2008

Reflexión de hoy


Agradecer a Dios porque los proveyó, pedir su bendición para cada uno de los obsequios y entregarlos a nombre de Jesús es ponerle un extra invalorable a cada regalo que se haga en este período navideño. Es un deber, que no debemos soslayar, ratificar entre los adultos y crear conciencia en los pequeños de que Dios es quien provee, procurando neutralizar la presunción, el orgullo y la grosera vanidad que no son del agrado del Padre, pues, si presumir es algo que todavía no podemos evitar completamente, de esa manera de lo que estaremos presumiendo es de que Dios ha manifestado su generosidad para con el receptor a través de nosotros.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me consta, don Rafael, que en su hogar, el centro de todo desayuno, brunch, almuerzo, merienda, cena...y vuelta a desayunar...el centro es el Señor Jesús, como chef e invitado de honor...Siervo de los Siervos...que vino a servir, no a ser servido... En cuanto a los regalitos, los trae el niño, por supuesto, o no significan nada en absoluto. En cada edad los asumimos de modo diverso...receptores, dadores...En fin: Compartir la Presencia, Acción interior...todo en clave de Misericordia del Amigo Fiel. Esa Sagrada Familia, como la Trinidad...no requiere más "comentarios"!!!♪♪♪