Es necesario pensar sobre el libre albedrío hasta tener consciencia plena de lo que significa ese don que, quiérase o no, es el esencial para nuestra buena o mala relación con el Padre. No hay duda de que todo el mundo sabe que tiene su libre albedrío, pero con éste ocurre igual que con la respiración: todos sabemos que estamos vivos porque respiramos, pero sólo quienes se ocupan de estudiar y practicar técnicas para respirar correctamente terminan ampliando su capacidad pulmonar, ganan salud y hasta aprenden a deshacerse de las cargas emocionales mediante respiraciones profundas. Así, quienes se ocupan de conocer lo que entraña el libre albedrío, aprenden a manejarse mejor y ganan la cercanía del Padre.(Diario Divino 12-03-04)
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