domingo, 28 de septiembre de 2008

Reflexión de hoy

Así como el nivel académico alcanzado -potenciado por la educación hogareña y la cultura general- es la fuerza que generalmente determina el éxito de cada individuo en la sociedad, actuar inspirado por el amor a Cristo llena de la sabiduría divina, que es la única fuerza capaz de impulsarnos a la conquista de la vida eterna en el reino del Señor. Esto último, más que ser exitoso en la sociedad, debe ser el propósito principal de cada humano, pues -comparada con la eternidad- la vida en la tierra es un instante fugaz.

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