miércoles, 24 de septiembre de 2008

Reflexión de hoy

Si en el camino hacia el encuentro con Dios aparece la desolación del desierto, no hay que detenerse ni por un instante para reflexionar. Sólo hay que seguir avanzando sin temor, con la seguridad de que se trata de una prueba para determinar el grado de fe, de confianza en Jesús que tiene el caminante que escogió la senda divina. Quien está lleno del amor a Jesús, a nada teme.

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