lunes, 15 de septiembre de 2008

Reflexión de hoy

Una de las cosas más difíciles de aceptar, porque no la entendemos, es la de que nacemos con el pecado original por culpa de que Adán y Eva pecaron cuando Dios los convirtió en los primeros humanos y les entregó el paraíso. No hay duda de que Adán y Eva son el origen -el molde- del cual continuó reproduciéndose la especie. Uso el término molde porque, leyendo un pequeño libro: ¿Qué enseña realmente La Biblia?, encontré la explicación más simple, pero que me hizo entender de inmediato el pecado generacional, pues el libro llama la atención al hecho de que a partir de que un molde sufre una abolladura todos los panes que en el mismo se hacen salen con esa abolladura. Para nuestra dicha, a través de Jesús podemos corregir el desperfecto.

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