martes, 16 de septiembre de 2008

Reflexión de hoy

Empezando por la propia vida, el origen de todo lo que llegamos a ser y a tener es un regalo. Nadie vino al mundo por propia cuenta, y nadie jamás creció sin el cuidado de sus padres o algún sustituto. Dios nos dio la vida y nuestros padres terrenales el apoyo que necesitábamos para desarrollarnos. Conviene que nunca perdamos de vista eso, porque así en todo momento seremos agradecidos, y el agradecimiento es agradable a Dios, y a todos los que lo reciben, sean nuestros padres, maestros, condiscípulos, etc. De ganancia para nosotros es que ser agradecido es un antídoto para la vanidad pecaminosa.

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