jueves, 25 de septiembre de 2008
Reflexión de hoy
Para crecer y alcanzar nuestro desarrollo espiritual a plenitud, no es mucho lo que tenemos que hacer: basta con que, llenos de amor por Jesús, busquemos en todo momento su luz divina, así como hacen los árboles, que usan toda su energía para colocar su follaje en posición de recibir la luz que Dios le provee a través del sol, lo que les permite alcanzar grandes alturas y desarrollarse hasta convertirse en gigantes que provocan la admiración de los humanos.
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