domingo, 19 de octubre de 2008

Reflexión de hoy

Nadie absolutamente nadie -ni siquiera quien presume de ser incrédulo ante los demás- pierde nada al invertir tiempo y esfuerzo para tratar de ganar la vida eterna. Por el contrario, es ganancia pura lo que se obtiene desde el primer momento, porque para ganar el derecho a estar en el nuevo paraíso, prometido por el propio Dios, debemos poner en práctica la bondad frente a nuestros congéneres. La bondad nunca ha dado pérdida y quienes la derrochan la convierten en un bien inagotable, por aquello de que “dando es como recibimos”.

1 comentario:

Unknown dijo...

Dando, recibimos...Vamos descubriendo tantas cosas buenas, en tanta gente que lucha junto a nosotros...Que no podemos hacer otra cosa que seguir maravillándonos con sus dones...y cómo los ponen a buen uso!