lunes, 13 de octubre de 2008

Reflexión de hoy

Para conocer nuestro progreso en cuanto a la aceptación de los mandatos del Señor, nada como intercambiar en ambientes distintos a los remansos de paz que son la familia, los amigos, el grupo de oración y la iglesia. Por ejemplo: sabremos cuánto ha calado el segundo mandamiento en nosotros cuando seamos capaces, de forma automática -por decirlo de alguna manera-, de generar un pensamiento o pronunciar algunas palabras de amor ante alguien que acaba de dispensarnos, sin que lo merezcamos, un trato grosero e insoportable.

1 comentario:

Unknown dijo...

Cuán cierto, don Rafael...Me he visto en los dos lados, habiendo sido el receptor o el emisor de la manifestación infeliz. Y es bueno que así haya sido...lo que me mantiene invitado a la humildad y, en caso opuesto, facilita la actitud de perdonar...Camino de doble vía: hoy por ti, mañana por mí. solidarios...humanos...