miércoles, 12 de noviembre de 2008

Reflexión de hoy


Hoy voy a dar un testimonio de lo ventajoso que es adentrarse en la búsqueda de Jesús, y de lo importante que es alcanzar aunque sea un poquito de fe en el Padre. En los últimos 13 años he pasado tres veces, exactamente en el mismo lugar de mi cuerpo, por un proceso quirúrgico generador de angustias antes de ir al quirófano y de convalecencia dolorosa e incómoda. Hace dos días, cuando me tendieron en la mesa de operaciones, boca arriba, observé las lámparas muy similares a las que me llenaron de inquietud e incertidumbre en mis primeras dos operaciones, pero todo fue muy distinto el lunes -confiado en que Dios estaba cerca de mí y recordando el mandato de tener valor y firmeza- sonreía tranquilo cuando empezaron a anestesiarme. Y desperté con la misma tranquilidad, aunque, naturalmente, sintiendo punzadas de dolor.

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