martes, 4 de noviembre de 2008
Reflexión de hoy
Todos podemos llegar a comprobarlo, quien confiado persista en el propósito de ser como Jesús, adquirirá la gracia que otorga el Padre, que es el todoterreno de lujo que hace confortable el tránsito por las rutas escabrosas y difíciles que hemos de pasar durante el viaje terrenal hacia la eternidad. Dotado de la gracia divina, el viaje de trabajo para servir a Dios se convierte en un paseo, porque realmente disfrutaremos con cada servicio cumplido.
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