jueves, 31 de julio de 2008

Reflexión de hoy

No desesperarse cuando las cosas no parecen ir bien, aunque a diario entregamos nuestras acciones a Dios, y mucho menos fijarse en que les va “bien” a personas blasfemas e irrespetuosas ante el Padre son premisas que debemos fijar en nuestra mente una vez que hemos establecido el propósito de nuestra vida. Toda visión excelsa requiere de entrega de tiempo y sacrificio real para lograrla. Continuemos tras el objetivo sin dudar, y lo lograremos. “Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso”, Habacuc 2:3.

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