¡GRACIAS, PADRE! Es lo único que sale de mi hoy, y es lo mejor, tras la llegada al mundo esta madrugada de Gabriel Alfonso, mi nieto. Para él esta oración de protección: "Señor Jesús, mi buen Jesús, cúbrelo con tu preciosa y divina sangre, y llénalo con tu poderoso y santo Espíritu para que nada ni nadie que no sea tú pueda tocarlo". Y, en nombre de él, la misma petición a Jesús para todo el mundo. Gracias, Padre, por que me has escuchado.
lunes, 7 de julio de 2008
Reflexión de hoy
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