martes, 22 de julio de 2008

Reflexión de hoy

Tiempos hay en los cuales las pérdidas lucen mucho mayores que las ganancias. Digo lucen porque las pérdidas siempre se relacionan con asuntos materiales, que nunca serán gran cosa comparadas con nuestro capital eterno: el Espíritu. En momentos de pérdidas conviene recordar que “si actúas con pureza y rectitud, Él (Dios) velará por ti, y te dará el hogar que justamente mereces”, (Job, 8:6)

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