martes, 29 de julio de 2008

Reflexión de hoy

Una vez que, con la ayuda del Padre, fijemos el rumbo hacia donde nos dirigiremos en la vida, avancemos confiados, sin prisa, pero sin detenernos. Centremos el pensamiento en que Dios no nos dejará perdidos a mitad del camino que escogimos junto a él, además de que nos suplirá de la energía necesaria para llegar a nuestra más alta cumbre, que es la espiritual.

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