En
un sentido, el presente es como Tú, Padre: siempre está, siempre es. Mas Tú eres
único y podemos aferrarnos a Ti. En cambio, el presente es la fugaz sucesión de
instantáneas que no hay quien le atrape en su carrera hacia el pasado. Al poner
punto final acaba de irse al plano del recuerdo el instante de la reflexión. Gracias, en el nombre de Jesús.
jueves, 31 de enero de 2013
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