De
manera permanente Tú, Padre, me estás dando en abundancia, y no sólo consejos.
Lo primero que al recibir cada día me entregas es la luz del astro mayor que
fijaste como lumbre alrededor de la cual gira la tierra para calentarse y
alumbrarse con intermitencia. Al transcurrir las horas, me enriqueces con una
variada gama de experiencias que renuevan el sentido de mi vida. Y al irme a la
cama me despides con un montón de estrellas. Te agradezco, en nombre de Jesús.
martes, 22 de enero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario