lunes, 21 de enero de 2013

Los humanos y la tierra



Mientras respire escucharé el susurro de mi espíritu, batallaré con la veleidad de mi mente y con las urgencias materiales. Es lo que Tú has dispuesto, Padre, para que tenga sentido el libre albedrío en el género humano. De alguna manera, lo establecido para los humanos se corresponde con esto que afirma tu palabra en Génesis 8:22: “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán”.

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