Soy
tres en uno: espíritu, mente y materia. Quiero y necesito alcanzar la armonía
perfecta en la melodía de mi vida, que sólo es posible asignando la primera voz
al espíritu. Mi capacidad, lo reconozco, es poca ante la complejidad del
arreglo, así que tu ayuda para lograrlo es imprescindible, Jesús. Gracias.
domingo, 20 de enero de 2013
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