Paz y equilibrio es todo lo que necesitamos para entregar armonía a la familia, a las amistades, a la sociedad, al mundo. Una humanidad en paz y equilibrada haría de la tierra el paraíso que en principio fue, porque nuestras actuaciones estarían fundamentadas en el amor al prójimo, que es amar a Dios. Traza tu plan para ponerte en paz y equilibrio y luego ponte al servicio de Dios para que con su dirección empieces a cumplirlo, con la seguridad de que tú harás una extraordinaria contribución a tus hermanos como alma armonizada.
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