sábado, 7 de febrero de 2009

Reflexión de hoy

No hubo, no hay y no habrá un solo humano enviado por Dios a la tierra sin capacidad para amar. Todos podemos amar. De hecho, todo el que está vivo ama algo, y lo hace intensamente. Pero son tan distintos del amor a Dios los amores terrenales que, oh paradoja, causan odios entre nosotros, una vez que nos apartan del amor divino. Hay tantos de nosotros amando el dinero, las extravagancias, las perversidades, el poder abusivo, el desprecio a los más necesitados, que la sociedad ha olvidado que fue para que disfrutáramos de su amor que el Padre nos capacitó para amar.

No hay comentarios: