viernes, 6 de febrero de 2009

Reflexión de hoy


Amar sin miedo ni apetencia es algo que la gente traumatizada sólo le reserva a Dios, en el mejor de los casos, pero sabemos que no es posible amar a Dios si no amamos al prójimo, así que olvidar cualquier trauma y recordar la etapa inmaculada de la infancia es lo mejor que podemos hacer. Hay que dar oportunidad de crecer a nuevos brotes, podando del árbol de nuestra vida aquellas ramas que quedaron dañadas por el paso de ventarrones de odios y maldades o por terremotos de dudas y desesperanzas o por inundaciones de amarguras y tristezas o por sequías de bondad y fe. Cumplida la poda, abonar y regar con amor es lo siguiente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Las imágenes de los niños representando a todos los pueblos nos dan la clave del asunto. Es hora de que nuestras mentes y corazones empiecen a hacer énfasis en el NOSOTROS, como familia, como iglesia, como pueblo. El "amémonos unos a otros como EL nos ama"... es signo y señal...SACRAMENTO del Amor de Dios. Lo demás sería bla bla, por más romántico que parezca...