domingo, 8 de febrero de 2009
Reflexión de hoy
Con la sociedad actuando de espaldas al amor a Dios, lo que se impone es que se haga una reingeniería de la misma, la cual debe empezar por cada uno de nosotros, tomando en serio el propósito de servirle y amar a Dios, que es todo lo que necesitamos para acabar con las guerras, los odios raciales, las apetencias ilimitadas, el engaño y los abusos de toda clase. Oremos en la intimidad, en comunidad y, sobretodo, convirtámonos en mensajeros de Él y hablemos de Él; perdamos el miedo a parecer desfasados, porque hablamos de Dios ante personas que prefieren las conversaciones sobre dinero y aventuras. ¡Qué importa parecer tontos hablando de Dios, si con ello ganamos paz y equilibrio?
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