sábado, 16 de mayo de 2009

Reflexión de hoy

Las iglesias juegan un magnífico papel en el sentido de que difunden las enseñanzas de Cristo, pero para ser cristiano no hay que ser fanático de ninguna de ellas. Ser cristiano es algo tan simple como creer en Cristo y pautar nuestras actuaciones bajo el criterio de las enseñanzas de Cristo, eso es todo. Todo el que llega a cumplir el mandato de amor impartido por Cristo es cristiano genuino, aunque nunca ponga un pie en un recinto eclesiástico. El templo verdadero de Cristo es el mundo íntegro. Es tarea de cada uno comportarse en todas partes con el respeto y amor por los demás que muestra durante un servicio religioso en una iglesia.

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