jueves, 14 de mayo de 2009

Reflexión de hoy

Fui criado bajo el dogma católico y llegué a ponerme la sotana de monaguillo. Nunca he pertenecido a otra iglesia, aunque hace tiempo que dejé de ser el católico que durante su infancia veía a los miembros de las otras congregaciones como personas de las cuales debía apartarme. Y no sólo eso, me divertía hacer bulla cada vez que pasaba por una iglesia evangélica y sus miembros estaban orando. Los parroquianos de la iglesia evangélica ubicada en la calle Francisco Villaespesa casi esquina Juan Erazo, en Villa Juana, sufrieron muchas interrupciones a sus oraciones por parte de un grupito de muchachos que luego de la fechoría emprendíamos la huida. Doy el testimonio para pedir ahora, como hombre, perdón público a Dios por mis malas acciones cometidas como muchacho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno papa, la verdad es que todos hacemos nuestras muchachadas de muy pequeño. Y siempre Dios perdona, y como dijeron Roniel y Jackie de mi comunidad, no es sobre religion, sino sobre ser uno con Dios.