miércoles, 25 de marzo de 2009

Reflexión de hoy

El hombre sabio nunca vive mal, ni siquiera en condiciones de extrema pobreza, porque él vive exactamente como su sabiduría le dicta, su sabiduría lo sostiene. A quien Dios le concede sabiduría le está dando la oportunidad de alcanzar el mayor poder a que se puede aspirar en el tránsito terrenal, que proviene del hecho de vencerse a sí mismo, que no es otra cosa que arrasar con las debilidades propias. El sabio se hace reo en su propia fortaleza de conocimientos, al mismo tiempo que liberto de los patrones frívolos. Padre, concédenos un poco de sabiduría.

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