Quienes vivimos pidiéndole a Dios debemos aprendernos de memoria lo siguiente: “puesto que éste ha sido tu deseo, y no has pedido riquezas ni bienes ni honores, ni la muerte de tus enemigos, ni tampoco UNA LARGA VIDA, sino sabiduría y conocimiento para poder gobernar a mi pueblo, del que te hice rey, te concedo sabiduría y conocimiento, pero además te daré riquezas, bienes y honores, como no tuvieron los reyes que hubo antes de ti ni los tendrán los que habrá después de ti”, 2 Crónicas 1:11-12. Centrémonos de corazón en alcanzar la sabiduría, en pedirle al Padre sabiduría, y del resto Él se encarga.
1 comentario:
Don Rafael: Pilar, mi hermana, en una ocasión me refirió acerca de santa Rosa de Lima...y, desde ese día acudímos a su intercesión sin formular deseo alguno... En general, doy por sentado que el Señor nos conoce a fondo...Por lo que le pido que sea Su Voluntad lo que se realice en nuestras vidas...Eso promueve una fe adulta y pura, independientemente de propios deseos.
Pienso que tal vez, el Espíritu inspira lo que desea trabajar y conceder...Que El lo ilumine y le abra sus caminos.
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