viernes, 22 de agosto de 2008

Reflexión de hoy

No permitas que el día de hoy se convierta en mañana sin haber hablado con al menos una persona sobre la magnificencia de Dios; de cómo te da destreza para que todo lo que llega a tu vida con la dura y difícil envoltura del sufrimiento tú siempre logres quitársela, y comprobar que se trata sólo del regalo de una oportunidad más para crecer espiritualmente. Habla de tu avance, de la superación de una prueba tras otra, pero hazlo con el entusiasmo del que ha triunfado. Puede que hasta tú mismo quedes sorprendido de tus triunfos, con lo que harás conciencia de todo el poder que el Padre te ha dado.

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