viernes, 15 de agosto de 2008

Reflexión de hoy

A Dios podemos agradarlo de muchas maneras, con grandes y pequeñas obras, con grandes y pequeños sacrificios. Es muy difícil que no contemos con nada para agradar al Padre, porque en los casos de personas con limitaciones extremas, Él se complace con que tengan la intención genuina de agradarlo. Agrademos a Dios complaciéndonos en la realización de favores a nuestros hermanos o sacrificando gustos. Uno de los mayores agrados que podemos hacer es un día de ayuno o una jornada de silencio. Tú escoges la forma de agradar a Dios, pero debes tener presente que sólo sintiéndote complacido con lo que haces es posible agradarlo.

No hay comentarios: