martes, 12 de agosto de 2008
Reflexión de hoy
Las tempestades y el fuego forman parte de la dinámica del universo desde su creación. Aunque los humanos siempre los percibimos como devastadores, pues sólo contabilizamos las pérdidas materiales que provocan, para el mundo natural son necesarios, porque ejercen una labor de profilaxis y ofrecen la oportunidad de renovación. Como lo dispuso Dios, sin cuestionar, la respuesta del bosque a cada tempestad, a cada fuego que lo azota, siempre es la misma: verdes brotes que regeneran la vida tras el paso del fenómeno aparentemente destructor. A cada uno de nosotros el Padre nos dotó con la capacidad de regeneración. Sin cuestionar, hagamos como la naturaleza con cada percance que aparezca en nuestra vida: renovémonos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario