viernes, 21 de agosto de 2009

Reflexión de hoy

Padre, concédeme la oportunidad de que de ahora en adelante por ninguna de mis actuaciones yo tenga que decirte: perdóname por el pecado, por el error cometido, por el daño que causé. Que pueda yo tener el privilegio de siempre alabarte y decirte: gracias, Padre, porque en el nombre de Jesús, realicé una obra por la cual puedo afirmar que a Ti te corresponde la gloria.

No hay comentarios: