domingo, 9 de agosto de 2009

Reflexión de hoy

“Maña vieja no es costumbre”, dice el refrán. El problema es que suelen confundirse. Y considerar una maña como costumbre entraña gran peligro, pues la costumbre tiene fuerza extraordinaria. No en vano se habla de “la fuerza de la costumbre”, con total independencia de que esta sea buena o mala. La maña en realidad es una costumbre, una mala costumbre. Por ello, conviene saber cuáles son nuestras mañas para dejarlas a un lado en el camino de la búsqueda de Jesús, porque hasta Él sólo podemos llegar con buenas costumbres.

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