sábado, 4 de abril de 2009

Reflexión de hoy


Lo cierto es que Dios todo lo compensa. Cuando desaparece el ímpetu que impulsa con vehemencia a querer llevarse todo por delante, aparece el sosiego que nos induce a admirar en lugar de arrasar; a contemplar en lugar de ignorar; a amar en lugar de abominar; a honrar en lugar de avasallar; a estimar en lugar de desdeñar; a armonizar en lugar de trastornar; a ponderar en lugar de criticar; a apaciguar en lugar de agitar; a valorar en lugar de desestimar; a reflexionar en lugar de acelerar… Qué bueno cuando el Padre da la oportunidad para hacer esos saludables y enriquecedores cambios en la senda de la vida.

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