Empezando la semana laboral lo mejor que se puede hacer para estar ágil, entusiasmado y receptivo es despojarse del peso de las preocupaciones. Dios siempre está ahí, dispuesto para recibirlas, deseoso de que las entreguemos, porque cuando así lo hacemos estamos practicando el mayor acto de fe, y es la fe la que salva, y el regocijo del Padre es salvar a sus hijos.
lunes, 30 de junio de 2008
Reflexión de hoy
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