Que la gloria sea para Dios por todos tus actos bondadosos y positivos. Cuando tú dedicas tus buenas obras al Padre, automáticamente, siente la motivación de hacer más y mejores obras, porque actuar para complacer al Altísimo termina complaciéndote a ti. Y nada se compara a alcanzar el estado de complacencia. Por medio de Jesús, agrademos al Padre. (RC)
jueves, 12 de junio de 2008
Reflexión de hoy
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario