Caminar conscientes de que estamos llenos de la gracia de Dios hace que nuestros pasos sean firmes, aunque el terreno sea resbaladizo o irregular, y subimos de prisa y sin cansancio las cumbres que aparecen en el camino de la vida, por más altas que sean. Gracias, Padre, por tan extraordinario e inagotable combustible. (RC)
sábado, 21 de junio de 2008
Reflexión de hoy
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario